La cobertura adequada de la responsabilidad civil profesional va cobrando de día en día más importancia, pues cada año son más habituales las reclamaciones realizadas a los profesionales, y su cuantía suele ser muy elevada.
Esto sucede incluso con trabajos de menor entidad: podría parecer que un informe, una peritación o una certificación no conlleva riesgos, pero puede suponerlos. Por ejemplo, un caso reciente: un ingeniero de uno de los Colegios del País Vasco realizó un simple informe-peritación, posteriormente el ingeniero falleció y tras fallecer, sus herederos fueron reclamados por la parte contraria: se reclaman 150.000 euros por «negligencia en la emisión del informe».
La compañía de seguros se ha hecho cargo del asunto y de la defensa de los herederos.